Cualquier sustancia o elemento químico en la naturaleza, con solo modificar las condiciones de temperatura o presión, puede ser encontrado en distintas fases o estados de agregación de la materia.
Todos los estados de agregación poseen propiedades y características diferentes, los más conocidos y observables cotidianamente son cuatro: las fases sólidas, líquidas, gaseosas y plasmáticas. Otros estados son posibles, pero no se produce de forma natural en nuestro entorno por ejemplo: el condensado de Bose-Einstein, condensado fermiónico y las estrellas de neutrones; además de otros que se cree sean posibles su existencia.
Cada uno posee variadas propiedades que los caracterízan, las mas comunes son:
- Los sólidos: Tienen forma y volumen constantes. Se caracterizan por la rigidez y regularidad de sus estructuras.
- Los líquidos: No tienen forma fija pero sí volumen. La variabilidad de forma y el presentar unas propiedades muy específicas son características de los líquidos.
- Los gases: No tienen forma ni volumen fijos. En ellos es muy característica la gran variación de volumen que experimentan al cambiar las condiciones de temperatura y presión.
- Los plasmas: Es un gas ionizado, es decir constituidos por átomos separados de algunos de sus electrones. De esta forma el plasma es un estado parecido al gas pero compuesto por aniones y cationes (iones con carga negativa y positiva, respectivamente), separados entre sí y libres, por eso es un excelente conductor. Un ejemplo muy claro es el Sol. A diferencia de los gases fríos (por ejemplo, el aire a temperatura ambiente), los plasmas conducen la electricidad y son fuertemente influidos por los campos magnéticos.
En una próxima publicación se dedicará un apartado exclusivo para los otros estados de agregación no muy conocidos.
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