sábado, 13 de abril de 2019

QUÉ ES UN AGUJERO NEGRO (¿Y PODRÍA LA TIERRA CAER EN UNO)



Estrella cayendo en el agujero negro

     Las muchas incógnitas que rodean al fenómeno de los agujeros negros llevaron a millones de personas a estar pendientes este miércoles de una simple fotografía.

      Este fue el día elegido por un equipo internacional de astrónomos para difundir la primera imagen del que se considera uno de los mayores misterios de la ciencia. Y el resultado fue espectacular.


     "Es un absoluto monstruo, el campeón de peso pesado de los agujeros negros del Universo", le dijo a la BBC el profesor Heino Falcke, de la Universidad Radboud en Holanda, quien propuso originalmente el experimento.
      Parece el ojo de Sarumán de la trilogía de "El señor de los anillos", bromeó Jessica Dempsey, una de las investigadoras que participó del estudio y directora del Observatorio de Asia Oriental en Hawái, al diario The Washington Post.

      Y en redes, muchos se hicieron eco de la comparación. Pero también hubo quienes, fascinados ante la imagen, se preguntaron: ¿qué es realmente lo que estamos mirando?

¿Qué es un agujero negro?

     Esa cuestión se la hizo en 2017 el programa de la BBC "Los curiosos casos de Rutherford y Fry".

    La matemática Hannah Fry y el genetista Adam Rutherford contactaron entonces al cosmólogo Andrew Pontzen, quien confirmó lo poco que se conoce sobre este tema.
     "Nadie sabe mucho sobre los agujeros negros, por eso son tan fantásticos. No sólo no los entendemos bien sino que lo poco que entendemos expone los fenómenos más extraños de la física", reconoció el científico. Pero, al menos por ahora, esto es lo que se sabe sobre este apasionante tema.
     "Esencialmente un agujero negro es un montón de materia apeñuscada en un espacio tan pequeño que nada puede salir, ni siquiera la luz", explicó Pontzen.
     "Imagínate que pudieras empacar en un espacio muchísimo más de lo que pensarías posible, hasta que se vuelva tan denso que tenga su propia fuerza de gravedad".
     Y el mejor ingrediente que conocemos para hacer un agujero negro son las estrellas que, al final de sus vidas, explotan tras consumir todo su combustible y sufren un colapso gravitacional. Lo que queda de ellas se transforma en un objeto súper compacto del que ni la luz puede escapar, lo que explica que el agujero negro se vea de ese color.
     Es entonces que se convierte en un enorme vacío que aspira cualquier cosa que se le acerque. Solo las estrellas con un peso suficiente, aquellas que son 25 veces mayores que el Sol, pueden crear uno de esos abismos. Se estima que hay unos 100 millones de agujeros negros en la Vía Láctea. El problema es que, hasta ahora, no los habíamos podido ver.
    En este sentido, la astrofísica y directora de la Fundación Nacional de Ciencia de EE.UU., France Córdova, dijo: "Estamos viendo lo invisible".

¿Podría la Tierra caer en uno?

      Esta es una de las preguntas que más se buscaban en internet este miércoles.
"La respuesta corta es sí, 'podría' suceder. Pero es muy poco probable. Y tendríamos algunas advertencias antes de que suceda algo realmente malo", escribió el astrónomo Christopher Springob en la web de la Universidad de Cornell, EE.UU., sobre la posibilidad de que un agujero se acercara a nuestro planeta.
     A pesar de los miles de años luz que separan la Tierra del agujero más cercano, que está localizado en el centro de la Vía Láctea, el científico aseguró que no se puede descartar al 100% que un agujero negro supermasivo se nos aproximara si nuestra galaxia se llegara a fusionar o "chocar" con otra. 
     En ese improbable caso, "la Tierra podría ser lanzada hacia el centro galáctico, lo suficientemente cerca del agujero negro supermasivo como para ser finalmente tragado", afirmó en una charla TED el astrofísico de la Universidad de Yale Fabio Pacucci.
     De hecho, según el científico, se calcula que "la Vía Láctea y la galaxia Andrómeda chocarán dentro de 4.000 millones de años, lo cual pueden no ser buenas noticias para nuestro planeta".

      En esta poco posible situación, ¿qué nos podría pasar a los terrícolas?
     
     Lo más probable es que muriéramos de forma violenta: fritos, estrellados contra el núcleo, o convertidos en espagueti (o quizá, todas las opciones a la vez).
     Ese efecto de "espaguetización", uno de los más conocidos, hace que "si te encuentras muy cerca de un agujero negro te estirarás, al igual que los espaguetis", escribió en The Conversation Kevin Pimbblet, profesor de Física en la Universidad de Hull, Reino Unido.
     "Este efecto es causado por un gradiente de gravitación que pasa por tu cuerpo", es decir, nuestras diferentes partes experimentarían grados distintos de esta fuerza.
    "El resultado no es solo un alargamiento del cuerpo en general, sino también un adelgazamiento (o compresión) en el medio. Por lo tanto, tu cuerpo o cualquier otro objeto, como la Tierra, empezaría a parecerse a espaguetis mucho antes de que llegara a tocar el centro del agujero negro", según Pimbblet.
     Esto haría que las partes más cercanas de la Tierra al agujero se estirarían mientras que las otras partes se comprimen por la diferente gravitación. El resultado sería catastrófico.

¿Qué hay dentro de estos agujeros? 

     El interior de los agujeros negros contiene todo lo que ha entrado en él. El problema es que no sabemos en qué estado está todo eso. Y, de hecho, nunca lo sabremos hasta que alguien se meta dentro de uno de ellos, lo cual no parece fácil dado lo peligroso del viaje.

     Pero si lográramos llegar a uno de estos agujeros ¿qué es lo que veríamos?

     Hay varias teorías. "Una de las posibilidades es 'la pared de fuego' que, como el nombre indica, te encontrarías con una banda de partículas ardientes que te freirían como a una papa", dijo Pontzen.
Sobre su forma, si lo rodeáramos, veríamos que es esférico.
    Y si estuviera girando —lo que es más probable, dado que todos los objetos del universo rotan en algún grado—, entonces el agujero sería más amplio en el centro, en lugar de ser un círculo perfecto.
     La gravedad del agujero negro atrajo gas y polvo que se acumuló en espiral. Y a medida que el material es consumido, la fricción lo calienta a miles de millones de grados, produciendo gran cantidad de radiación, y fugas de energía y partículas cargadas.
No podrías mirar al agujero negro directamente, pero podrías ver su sombra: una ilusión visual creada por la gravedad doblando los rayos del Sol, y cuya fuerza deforma la imagen de la sombra haciéndola parecer cinco veces mayor que el propio agujero negro.
      Normalmente pensamos que cuando se viaja a la velocidad de la luz se hace en línea recta, que los fotones avanzan inexorablemente hacia adelante. Pero cerca de un agujero negro la poderosa gravedad tira de estas partículas haciéndolas dibujar órbitas en torno a éste.
     Algunos de los fotones llegan a escapar y son los que se podrían ver con un telescopio. Y lo que se vería exactamente sería un anillo brillante que bordea la sombra del agujero negro. Mientras tanto, la parte interna del anillo de material se arremolinaría en torno al agujero negro a una velocidad cercana a la de la luz. De acuerdo a la teoría de la relatividad de Einstein, una fuente de luz parecerá más brillante si se está aproximando a ti. Así que cuando el material compuesto por polvo y gas estuviera acercándose al ángulo desde el que miras, este te parecería una media luna brillante dentro del agujero negro.

 Entonces ¿cómo sabíamos que existen?

     Pero si el viaje a un agujero negro es tan peligroso y hasta ahora no conocíamos ninguna foto real de ellos, ¿por qué sabíamos que están ahí?
     La primera persona en concebir la idea fue el reverendo inglés John Michell, geólogo, astrónomo y uno de los grandes científicos olvidados de la historia.
     En 1783, propuso la existencia de "estrellas oscuras" -la versión newtoniana del agujero negro- cuyo campo gravitacional era tan grande que ni siquiera la luz podía escapar.
Pero fue sólo gracias a las matemáticas que la presencia de los agujeros negros empezó a ser aceptada. 

      El físico y astrónomo alemán Karl Schwartzchild resolvió las ecuaciones de Albert Einstein y calculó cuán grande tendría que ser la masa para tener una fuerza gravitacional tan fuerte como para impedir que la luz saliera.
     No obstante, los astrónomos siguieron considerando la idea de los agujeros negros como "absurda" y muchos se negaban a aceptar que una estrella muerta podía producir un hoyo invisible pero inmenso en el tejido del espacio y el tiempo.
     Pero hay otras pruebas que respaldan la existencia de estos agujeros, más allá de la confirmación de las matemáticas y la física.
      "Tenemos evidencia creíble de que hay objetos que se comportan exactamente como lo harían los agujeros negros", le aseguró a la BBC la astrofísica Sheila Rowan en 2017.
     "La observación de la manera en la que las estrellas y el gas se mueven en algunas regiones del espacio nos dice que hay una enorme cantidad de masa apretada en un espacio pequeño con efectos gravitacionales superfuertes".
     "Es cierto que no los podemos ver pero observaciones de LIGO (el Observatorio Avanzado de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales) han podido detectar en ondas gravitacionales en el espacio creadas por fusiones de inmensos agujeros negros hace miles de millones de años", añadió entonces la experta. 

Fuente: 
BBC News Mundo.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-47884630?ocid=socialflow_twitter
Tomada el 13 de Abril de 2019.

lunes, 7 de mayo de 2018

A QUÉ PAÍSES DE AMÉRICA LATINA ES MAS FÁCIL EMIGRAR (Y A CUALES MÁS DIFÍCILES)

Redacción BBC Mundo, 8 febrero 2017.

viernes, 6 de abril de 2018

CUANDO LA MENTE ENFERMA AL CUERPO.

     
Resultado de imagen para mente contra el cuerpoUna afección o enfermedad psicosomática es aquella donde, aún manifestándose a través de síntomas físicos, el componente psicológico o emocional juega un papel crucial, ya sea en su origen o en su desarrollo.
La palabra psicosomática viene del latín psyche, que significa mente, y soma, cuyo significado es cuerpo. Para entendernos, la mente toma el poder sobre el cuerpo y le hace padecer. Esta idea, que ya defendían y argumentaban algunos filósofos clásicos, hoy día se está haciendo evidente gracias a estudios e investigaciones de médicos y psicólogos, quienes han ido observando la existencia de enfermedades donde el aspecto emocional aparece siempre ligado a la mejora o empeoramiento del paciente. He aquí una lista (son sólo algunos ejemplos, hay muchos más, por supuesto) de afecciones de este tipo:
     – Enfermedades cardiovasculares (angina, infarto, hipertensión)
Resultado de imagen para dibujos de persona enferma     – Enfermedades respiratorias (asma, fatiga crónica)
    – Enfermedades del aparato digestivo (úlceras, enfermedad de Crohn, colon            irritable)
    – Enfermedades de la piel (eccemas)
    – Alergias
    – Fibromialgia
    – Enfermedades oncológicas.

   Ahora imaginemos una situación penosa pero frecuente en las consultas médicas. Una persona acude con una serie de síntomas físicos y por tanto es diagnosticada y tratada con medicamentos y, en el peor de los casos, pasada por quirófano. La persona mejora, sus síntomas se suavizan, pero pasa el tiempo y poco a poco recae a niveles de gravedad anteriores. Entonces vuelven a medicarla, quizás utilizan algún medicamento nuevo, o algún tratamiento médico innovador. Otra vez mejora y, meses después vuelve a empeorar. El problema se ha vuelto crónico, el tratamiento está fracasando.
     Desgraciadamente esta historia es representativa de lo que vive mucha gente. Sin embargo, cada vez más, hay médicos que comienzan a sospechar que quizás haya algo más allá de lo físico, algo “de otra naturaleza” que anda contaminándolo todo. Entonces hay una derivación a un psicoterapeuta que trabaja la psique con esa persona y, parece sorprendente, casi magia, pero gente con años de enfermedad, comienzan a mejorar, esta vez de forma estable, gracias a la intervención sobre sus emociones.
     Si nunca has escuchado cosas así, todo esto puede sonar a esoterismo, pero nada más lejos. Un ejemplo claro y demostrado de cómo lo emocional afecta a lo físico lo tenemos en los pacientes oncológicos. Una de las premisas, aceptada ya por prácticamente toda la comunidad médica, es que en estos casos, el tratamiento sobre el estado de ánimo es fundamental, si el paciente se encuentra más animado el sistema inmune trabaja mejor. La probabilidad de responder bien al tratamiento disminuye en esos pacientes que se vienen abajo, abrumados por todos los fantasmas del pasado y todos aquellos que despierta su enfermedad.
Resultado de imagen para relacion entre mente y cuerpo    Pero, ¿que relación hay entre cuerpo y mente?, ¿por qué la mente a veces se dedica a enfermar al cuerpo? Responder a estas preguntas es complejo, pero voy a tratar de hacerlo lo mejor que pueda.
     Antes de nada voy a abrir un paréntesis para puntualizar un par de cosillas. Primero de todo decir que mente y cuerpo no son dos entes distintos o separados. Son lo mismo. Todo el cuerpo está conectado y depende de dichas conexiones, por ello, la distinción entre el cuerpo y la mente no tiene sentido. Aclarado este aspecto se va a entender mucho mejor todo lo demás.
   Personajes como Platón o Aristóteles sostenían el argumento de que mente y cuerpo eran inseparables, sobre todo en lo relativo a la búsqueda de acciones curativas. Si esta línea se hubiera seguido desarrollando, hoy día la medicina sería algo bien distinto. Sin embargo, médicos como Galeno, que planteó con firmeza que era el cuerpo el verdadero foco de toda enfermedad, acabaron arrastrando seguidores, siglo tras siglo. Hoy, muchos siguen defendiendo esta idea. La historia tiene sus caprichos.
   Cierro el paréntesis y voy al grano, ahora sí.
Resultado de imagen para somatizaciones positivas
    Si nos fijamos bien, comprobaremos que las emociones no solo se manifiestan a través de síntomas psicológicos. Por ejemplo, el enfado genera un aumento del ritmo cardíaco, de la tensión arterial y muscular, entre otras cosas. La tristeza, la culpa, el miedo…, todas ellas tienen su correlato físico. La parte psicológica de la emoción se encarga de dar sentido a lo que está ocurriendo y actuar en consecuencia, es decir, yo siento, mi cuerpo reacciona y mi psique le da sentido y actúa. Las afecciones psicosomáticas tienen lugar porque la persona ha bloqueado su parte psicológica, por lo que no permite que sus emociones sean verbalizadas y trabajadas. En definitiva, actúa como si no pasara nada. Niega el conflicto o niega la importancia del conflicto por lo que no puede dar sentido ni elaborar lo que está ocurriendo. En este momento, con la parte psicológica fuera de juego, la parte física se intensifica, se consolida y sigue actuando sobre lo somático, no puede desaparecer sin más.
Resultado de imagen para estresLos acontecimientos vitales estresantes provocan desajustes emocionales. Queramos o no, sentimos cada cosa que nos pasa, y esas emociones generan tensiones que deben ser resueltas, sobre todo si son intensas o se mantienen en el tiempo. Igual que si me doy un fuerte golpe en la mano genero un daño en mis tejidos musculares, si me doy un fuerte golpe “en la mente” también se producirá una huella. Si esos traumas (palabra que significa daño, ya sea en lo físico o en lo psíquico) son lo suficientemente potentes la lesión está asegurada. Siguiendo con el símil, si no me trato el golpe de la mano y continuo con mi vida normal, como si no tuviese nada, la lesión se agravará y terminará dañando no solamente a la zona traumatizada sino también los músculos colindantes, que se atrofiarán cada vez más. Bien, vamos con el trauma emocional: si vivo una serie de acontecimientos que generan intensas emociones y esas emociones no son canalizadas, es decir, no elaboro esas experiencias y actúo como si no pasara nada, mi cerebro terminará generando patologías. Es fácil entender que este es es el caldo de cultivo perfecto para futuros problemas psicológicos (ansiedad, depresión, etc.), sin embargo, y esto es algo que no resulta tan intuitivo, todo conflicto emocional que no se elabora adecuadamente puede acabar en lo que algunos denominan canal somático. La tensión que la mente no pudo liberar es trasladada a los órganos o a los músculos: se convierte en síntomas físicos. Si el tiempo pasa y continuo sin trabajarme estos conflictos de índole psicológica, el resultado puede ser el desarrollo de una enfermedad psicosomática, o bien el empeoramiento de alguna enfermedad preexistente.
Resultado de imagen para estres  Voy con otro símil. Cuando alguien se mete en un coche y arranca, el vehículo y la persona se convierten en imprescindibles, ninguno puede avanzar sin el otro. Imaginemos que el coche se está rompiendo y da la alarma (un ruido, da tirones, se para de vez en cuando). El cerebro de ese coche (el conductor) hace caso omiso a los síntomas de su vehículo y sigue circulando indefinidamente como si no pasara nada. Todos sabemos como acabará esta historia. Nuestras emociones funcionan de modo parecido, nos alertan con sus síntomas y si no hacemos caso… La mala noticia es que no es posible aparcar un conflicto emocional, no se puede esconder en un baúl, cerrar y tirar la llave. Si así obramos, saldrá por otro lugar, en forma de trastorno físico o mental.
   Bien, ya sabemos a grandes rasgos cómo un problema emocional puede acarrear consecuencias físicas, ahora veamos qué tipo de actitudes nos ponen en riesgo de sufrir enfermedades psicosomáticas. Hay unos ingredientes básicos que deben darse para que alguien alimente una afección de este tipo:
• Presentar escaso simbolismo en el pensamiento, esto es, el diálogo interior es de carácter práctico, basado en lo útil, en las características externas del entorno. No se dirige la atención hacia estados internos, sentimientos, deseos o motivaciones profundas.
• Tener una escasa capacidad para fantasear, lo que hace muy complicado que se puedan representar los deseos, es decir, aquello que anhela la parte emocional de cada persona. Por ello, se actúa sin tener demasiado en cuenta lo que realmente se siente.
• Ser poco consciente de la conexión que hay entre lo físco y lo emocional. Por ello, al no detectar en el cuerpo cómo está afectando emocionalmente cualquier evento, se hace complicado dar sentido y canalizar lo que está ocurriendo.
• Presentar una dificultad importante para expresar sentimientos con palabras (ni a sí mismo ni a los demás), lo que provoca que la vía fundamental de expresión de los mismos sea el propio cuerpo.
Resultado de imagen para enfermedades psicosomaticas
  En resumen, estaré en riesgo de sufrir síntomas de índole psicosomática si dedico mi vida a labores eminentemente prácticas, si me limito a funcionar para resolver los problemas en los que estoy inmerso sin pararme demasiado a pensar cómo esa tarea me está afectando emocionalmente. Normalmente negaré el acceso a mis sentimientos y bloquearé su expresión. Como se dice coloquialmente, “mis problemas me los como yo solito”.
   Personas que cuidan a otras personas de modo absorbente, gente que trabaja de forma brutal y que descansa poco, personas con experiencias emocionalmente desbordantes que nunca expresan sus problemas a nadie… Son muchísimos los ejemplos de casos de este tipo, lo malo es que casi nadie es realmente consciente de que existe esa conexión entre cuerpo y mente, que no saben que son lo mismo. Por tanto, hay multitud de tratamientos médicos que nunca serán efectivos hasta que la persona o el profesional que la atiende no se den cuenta de que la afección que es motivo de consulta necesita una intervención que integre a la parte emocional o psicológica, que anda boicoteando todo el proceso curativo.
Resultado de imagen para sensaciones positivas    Pero no satanicemos a las emociones, ellas solo hacen su trabajo, y muy bien. Nos sirven de delatores que nos marcan el camino a seguir. Además, también hay somatizaciones positivas para el organismo a las que deberíamos prestar especial atención. Al terminar una actividad física sientes bienestar, el cuerpo te dice “bien hecho”. Al comer sientes placer físico, precisamente para reforzar una conducta que es vital para la vida. Cuando alguien tiene un problema gordo y lo desahoga a un amigo, la sensación es de haberse quitado un peso de encima, una sensación muy física por cierto.
   La clave para no sufrir cualquier problema psicosomático es aprender a manejar nuestros estados emocionales, lo que supone entrenar para ser consciente de cómo me hace sentir aquello que viví o aquello que estoy viviendo (relaciones personales o laborales, pérdidas, traumas…) Esto, que se dice muy fácil, puede resultar extremadamente complicado si eres una persona que aprendió desde su infancia a sobrevivir en en este mundo a base de atar sus sentimientos, de comerse los problemas. Hay entornos familiares y culturales donde la expresión emocional, sobre todo la relativa a las emociones negativas, está severamente censurada. “No estés triste”, “no te enfades” o “no se llora” son expresiones frecuentes que sirven como ejemplo del estilo comunicativo que, si se generaliza, termina creando niños que reprimen sus emociones y su capacidad para canalizarlas. Si esto se dilata en el tiempo, dichos niños se convertirán en adultos que han automatizado el mecanismo: ya no detectan ni expresan sus emociones, simplemente las niegan. He aquí el peligro.
Resultado de imagen para autoconcienciaResultado de imagen para valores sociales  Entre otras cosas, todos necesitamos una buena dosis de autoconciencia, idea que ya desarrollé en la entrada autoconciencia, encontrarse entre tanto ruido. Si te interesa, ahí tienes bastante información al respecto. A base de entrenamiento o a base de terapia (que no deja de ser un entrenamiento, aunque más sistematizado y supervisado por un profesional) todos deberíamos aprender adueñarnos de nuestros sentimientos. Resulta fundamental escuchar al cuerpo y traer a la consciencia la realidad del mundo interior que burbujea dentro de cada cual y deja sus huellas. Pero que nadie se frustre, cuesta lo suyo detectar nítidamente lo que ocurre ahí dentro y, aunque es una labor cuyo aprendizaje dura toda la vida, no hay nada mejor que podamos hacer por y para el cuerpo, por y para la mente. Mens sana in corpore sano, y viceversa.

FUENTE: www.lamentecorriente.com - https://lamentecorriente.com/2014/05/psicosomatica-cuando-la-mente-enferma-al-cuerpo.html (Consulta: Abril, 06 de 2018)

Si desea profundizar mas acerca del tema, les recomiendo el siguiente libro digital:
LA VENGANZA DEL INCONSCIENTE - NELSON TORRES JIMENEZ.
Pegue en otra ventana el siguiente enlace: 
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